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El peligro no está en los aros, está en el uso de una talla incorrecta

Se llegó a especular durante mucho tiempo sobre el riesgo de cáncer producto del uso de brasieres con aro y la presión que este ejerce sobre la mama dificultando el drenaje linfático; sin embargo, con el tiempo y tras serias investigaciones se demostró que no existe relación entre un sostén con aros y la salud.

Tal es el caso de la investigación publicada en Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention y realizada a más de 1.500 mujeres, que descartó cualquier vínculo entre la enfermedad y el uso de esta prenda.

En contraparte, varios ginecólogos –incluido el equipo de salud de la prestigiosa clínica de la mujer Dexeus- han podido establecer como, para las mujeres, sí es determinante elegir un buen sostén para evitar problemas como la mastodinias (dolor de senos relacionado con cambios cíclicos hormonales) y estrías mamarias.

Afirman que si bien la prenda puede llevar aros en las bases, que ayuden a soportar el peso del pecho de una forma uniforme, lo correcto es –como señala Francesc Puertas, autor del libro ‘El sostén, Mitos y leyendas y manual de uso’– usar el brasier en la talla correcta; no en vano señala que cinco de cada diez consultas ginecológicas por dolor mamario están relacionadas con el mal empleo del sujetador, y que siete de cada diez no utilizan la talla ni la copa correctas.

“Para saber cuál es el indicado, explica Puertas, hay que tomar una cinta métrica y medir el contorno del torso por debajo del pecho y a esa cifra, en centímetros, sumarle 15: esa es la talla de tu sujetador. Para comprobar cuál es nuestra copa, hay que ajustarse el sujetador hasta disparar el pecho hacia delante, luego hay que medir el contorno desde el esternón, pasando por encima del pezón y rodeando la espalda. Si la cifra es la misma que la de la talla, la copa es la B (si son tres centímetros más es una copa C, seis más es una D…) y si son tres menos, la copa es la A”, explica el libro en mención.

De todas maneras, para asegurar el bienestar de los senos, la calidad de vida y la vida misma, lo ideal es combinar cuidados como el de la talla correcta, con visitas y controles frecuentes al ginecólogo, tomar precauciones, realizarse mamografías “y mantener una vida sana sin obsesionarse, con dieta y realizando ejercicio”, recomienda la oncóloga Lucía González Cortijo, especializada en mama en el Hospital Quirón.

Fuente: www.glamour.es/ con información de la autora Elena Gallego @GlamourSpain

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