Los senos son un órgano sin músculo; están conformados por grasa, tejido conectivo y glándulas productoras de leche, razón por la que tienden a sufrir una mayor y más acelerada pérdida de firmeza con el tiempo y a demandar atención para mantenerlos en buena forma.
No en vano, esta zona es uno de los distintivos en el cuerpo de las mujeres, es parte vital de su anatomía, fundamental en la maternidad: un área clave a la hora de expresar sensualidad y que necesita -por salud y belleza- un cuidado especial.
Mantener la firmeza que esta zona pierde, principalmente a partir de los 40 años, es una de las preocupaciones de la mayoría de mujeres.
Eventos como la lactancia, la menopausia, las variaciones severas de peso, el uso de sostenes en tallas incorrectas; además de otros cotidianos como el consumo de alcohol, gaseosas o sodas y el padecimiento de enfermedades respiratorias, inciden negativamente en la apariencia y bienestar de los senos.
“Una investigación realizada por Jonette Keri, dermatóloga de la Universidad de Miami, afirma que fumar de manera crónica, por ejemplo, disminuye la cantidad de oxígeno y nutrientes que llegan a la piel, lo que acelera el proceso de muerte celular y se traduce en flacidez y arrugas más profundas en el pecho”.
Realizarse chequeos al menos dos veces al año, estar atentas a los cambios hormonales y complementar lo anterior con hábitos y prácticas saludables regulares –como las que te ofrecemos- es vital para la salud y apariencia del busto.
– No a las dietas extremas: Perder peso drásticamente, en corto tiempo, afecta la firmeza del busto.
– Realiza ejercicio: La natación es uno de los ejercicios más recomendables para reafirmar el pecho; otros son levantamiento moderado de pesas y pilates. Rutinas como cruzar los brazos al frente poniendo una mano sobre el antebrazo contrario y hacer fuerza para contraer los pechos, también está entre los ejercicios sencillos y efectivos.
– Siempre usa sostén: Evita hacer poses de contracción, trotar y correr sin usar un sostén de apoyo.
– Toma agua: La hidratación constante –con al menos 2 litros de agua- ayuda a mejorar la calidad de la piel. Bebidas como el té y el café no son recomendables.
– El baño: Sanas son las duchas de agua fría que tonifican el busto; evitar el agua caliente es un deber pues ella debilita los tejidos de esta zona.
– Masajes: Date masajes con un cepillo de cerdas muy suaves, esto activa la circulación y exfolia la piel para hacerla más receptiva a tratamientos corporales.
– Cuídalos del sol: La luz del sol puede conducir a la pérdida de elasticidad de la piel, de allí que los senos no deban ser expuestos sin protección solar cuando las prendas de vestir tengan escotes o sean vestidos de verano o trajes de baño.
– No fumar: Esto mejorar la salud en general y protege la frágil piel de los senos.
– Siempre erguida: Para evitar flacidez en esta zona, es necesario cuidar la postura, sentarse y caminar siempre recta.
– Mantén un peso ideal: El sobrepeso corporal excesivo estira la piel y esto produce flacidez en los senos.
– La exfoliación: Esa es una práctica recomendable en la noche, luego humectarlos con una buena cantidad de aceite de almendras.
– Apoyo para tus senos: Es recomendable usar brasieres con sistema push-up, que dan mayor soporte al busto. En caso de practicar ejercicios como aeróbicos, tenis, correr o cualquier ejercicio en el que reboten los senos, el uso de sostén deportivo es obligatorio.
– Alimentación sana: Consumir alimentos ricos en antioxidantes y vitamina E -como naranja, fresa y verduras verdes como la espinaca- y con nutrientes esenciales como proteínas, vitaminas, calcio, minerales, hidratos de carbono y grasas esenciales ayuda a fortalecer el busto.
– Sueño cómodo: Descansa en una posición cómoda que no comprima tu busto, la de costado es la ideal.
– Exámenes regulares: Realiza tus exámenes de mama juiciosamente. Si eres mayor de 40 años, realizarte una mamografía anualmente.
Con información de: www.elciudadano.com – www.salud180.com – https://peru.com